EL ABRAZO
Ayer día 22 de Enero fue el día internacional del abrazo. Pero no quise poner nada para mostrar al mundo que no hay un día especial en el calendario que pueda señalar un día internacional del abrazo. El abrazo no tiene fecha, ni hora. El día internacional del abrazo debería ser todos los días del año.
Nadie puede calcular el valor de un abrazo, más que quien lo
recibe y lo da, hasta darse cuenta que el sentir del abrazo no se puede pagar
con dinero.
Hace años ya escribía una nota sobre la importancia del abrazo y que hoy plasmo en mi blog.
Hay muchas formas de abrazar. Y hay abrazos que tocan el alma.
El abrazo traicionero:
El abrazo fraternal:
El abrazo inocente y leal:
El abrazo de lujuria y pasión:
El abrazo de alegría:
El abrazo de desesperación y consuelo:
El abrazo sincero:
El abrazo de protección:
El abrazo tierno:
El abrazo de agradecimiento:
El abrazo de amistad:
Incluso el abrazo de los animales más salvajes de la tierra, pueden mostrar su cara más tierna, ante su propia especie, como ante el hombre.
En los deportes de lucha, donde ambos contendientes se pegan y después se abrazan porque entendieron el triunfo igual que la derrota, respetan las reglas del juego y saben ganar y perder.
Porque desde pequeños intentamos inculcarle estos valores.
El abrazo después de finalizar un combate, es nuestra seña
de identidad, de respeto y de cortesía. De humildad y honestidad.
El abrazo en las artes marciales y los deportes de contacto,
no entiende de edades, ni de sexo, ni nacionalidad. Es un abrazo humano, y eso
es nuestra prioridad!
El abrazo del triunfo:
El abrazo, puede dejar una huella más tangible que el beso.
Más duradero y satisfactorio. Incluso muchas veces más placentero que el
éxtasis o clímax al practicar sexo.
En muchos sistemas de lucha como por ejemplo el Tai Chi, existe una posición de abrazar el árbol conocida como Zhang Zhuang, es un ejercicio estático en la práctica de Chi Kung.
Inclusive ejercicios de Yoga, donde el abrazo está presente:
Muchos naturopatas y médicos alternativos recomiendan la
práctica de abrazar un árbol. Este ejercicio aparte de reequilibrar nuestras
energías, estimula nuestros sentidos de la sensibilidad por todo lo natural y
como parte de la misma naturaleza, nos llena de un sentimiento de amor y de paz
por todo nuestro entorno. Dicen los expertos, que al momento de abrazar un
árbol con verdadero sentimiento, recibimos de él el mismo abrazo, concluyen
afirmando que podemos sentir dentro de nosotros un extraño y agradable
bienestar, algo muy parecido al abrazo de una madre ( y yo, doy fe de ello).
Los antiguos celtas ya llevaban esta práctica cuando perdían
algún ser querido o se sentían angustiados o deprimidos por alguna razón.
Buscaban el árbol más grueso para poderlo abrazar y poder sentir como la
energía de ese árbol cubría su cuerpo y los llenaba de paz y sosiego.
Dicen que los árboles tienen una radiación energética compatible con la de las personas. Y que cuando ambas se fusionan, estalla una fuente majestuosa de buenas vibraciones que nos hacen sentir mejor.
El abrazo, es la señal visible de lo amado, de la pasión y
de la entrega. Es la manifestación de los sentidos del querer. Del tacto, del
sentir.
Sentir el abrazo, es valorar lo más preciado de quien te lo
da. Dar un abrazo, es la cordialidad manifiesta de la dulzura, es la generosidad
altruista y filantrópica y más alta consideración humana por lo benefactor a todo
lo creado y viviente.
Reciban un caluroso y fuerte abrazo, y por favor, que no quede este abrazo solo en tinta y papel escrito.
-Ricardo Mercado Sierra-
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