Algunos me preguntan que si no me canso de los aprovechados.
Otros me aconsejan tener la guardia alta. Y el que más o el que menos, me dice
que tengo que cambiar mi actitud ante los que vienen hacerme daño.
Hoy tomo un breve espacio en mi tiempo para reflexionar y me
doy cuenta de que no puedo cambiar, porque soy quien soy (Ich bin wer ich bin).
Cuando doy, doy de corazón, cuando obtengo, lo acojo con gratitud.
Sé que los que vienen aprovecharse, a mí no me hacen daño,
se lo hacen a sí mismos. Eso sé.
Maestros que se han llevado titulaciones de altos grados por
un módico precio de 0,00€ y se han ido a otras federaciones con esa titulación
y ahora son reconocidos con ese grado en una supuesta federación con más prestigio.
Muy bien…eso me afecta?- No! Para nada. Confío en la Ley del Karma que reparte
justica y veo que se encuentran solos, pero no por cambiar de Federación, sino
por su propia actitud, porque estos no dejan nunca de ir de flor en flor, buscando lo de siempre,
y al final se ven solos.
Maestros que se han aprovechado de mis ideas para hacer
grande su negocio: Se me ocurrió organizar una gala benéfica, le cedí el lugar
de encuentro a otro maestro, ya que no me importaba el lugar de celebración,
sino la causa en sí misma. Se recaudó 9000€ y se entregaron a la causa 600€ yo
no percibí un euro – al contrario, me costó 200€ organizarla ¿quién se quedó
con la escalofriante suma de 8.400 euros?- Eso me afecta? No!- Para nada.
Confío en la Ley del Karma que reparte justicia y veo que se encuentran
sumergidos en su propia soledad espiritual. Pero no porque se han quedado con
lo que no era suyo, sino porque esa misma hazaña la han repetido más veces y
otros les han parado los pies. La vergüenza les consume.
Maestros que niegan haber recibido enseñanza de mis humildes
conocimientos y se han creado ellos sus propio estilo. Sistema que no reconocen
las raíces de sus enseñanzas y aprendieron otro sistema de libros y videos. Eso
me afecta? – NO!- Para nada. Confío en la ley del Karma que reparte justicia y
veo con asombro que se encuentran solos y sin reconocimiento serio, y aun así,
cometiendo errores técnicos, filosóficos e históricos…y es que la
ignorancia siempre fue atrevida.
Otros que han querido jugar con la escasa inteligencia que
tengo y me han ofrecido cosas que no veía lícitas, ni éticas, o que han querido
hacer fortuna aparándose en la asociación. No señores, mi escasa inteligencia
fue suficiente para detectar sus propósitos y que les fui dando largas hasta que
ellos mismos han abandonado la idea. Eso me afecta?- NO! Para nada. Confiaba y
confío en la ley del Karma, que se encargó de hacer justica y hoy veo que
siguen probando suerte en otras organizaciones sin éxito. Sin contar con
aquellos que han pasado a peor lugar entre rejas. Porque quien mal anda, mal
acaba.
Esto por citar SOLO 4 ejemplos (que hay más). Pero que NUNCA
– JAMÁS se me hizo daño. El daño se lo han hecho ellos mismos. Yo no soy ni
juez ni ejecutor. Para eso nace la propia naturaleza y con ella, la Ley del
Karma.
Pero solo hay maestros que se han aprovechado…alumnos no?
El tema va sobre si me hacen daño o no. A los alumnos los
escojo yo, no ellos a mí. Eso es lo que marca la diferencia.
La pregunta es: ¿Voy a seguir igual? – y la respuesta es: ¡SÍ!-
Porque quien da de corazón, no pide nada a cambio y quien recoge, lo debe hacer
SIEMPRE con gratitud!
Y esta es mi postura y seguirá siendo.
Ahora, si hay alguien que se pueda sentir aludido, es que su
conciencia la está juzgando la Ley del Karma. El consejo sería: REFLEXIÓN!
…Y vuelvo a repetir (que ya lo he dicho muchas veces), que
quien se acerque a esta asociación con propósito de ganar dinero, está llamando
a la puerta equivocada. EQUI VO CA DA!
Porque al final, quienes se engañan, serán ellos mismos!
Porque peor que mentir, a veces es silenciar la verdad. Por
eso hoy es hora de hablar.