Desde que
nacemos hasta que morimos, vamos adquiriendo información de todo tipo. Esta
información no siempre es adquirida por los medios de comunicación, ni de los
profesionales de la información, es adquirida de los amigos, del profesor, de
papá y mamá, del que nos critica, del que nos quiere bien… muchas pero que muchas veces ni contrastamos la información,
simplemente nos limitamos a transmitirla según nos llega a nosotros, con sus
aciertos y sus errores. A veces hasta osamos presumir que tenemos la verdad
porque lo hemos escuchado y creemos ciegamente en ello. Seguimos sin
contrastar. Pero es la verdad absoluta porque SIMPLEMENTE creemos en ella. Yo
mismo doy mi opinión y para muchos esta opinión es la única fuente que recibe,
puede creer en mí y hasta compartir mi opinión, pero es que mi opinión al igual
que las opiniones de muchos, puede que sea una falacia.
Digo todo
esto, porque nos bombardean a diario con una información que igual no es la más
acertada, pero como se dice en televisión, damos crédito y veracidad. Por
ejemplo: nos dicen que las olimpiadas es positivo para la nación, que los
deportistas son tal cual etc. etc. Déjenme decirles que de positivo para
nación, es muy relativo. Cuando vivía en Alemania y se celebraron las
olimpiadas en Munich en el año 72, en mi casa seguíamos pasando calamidades.
Después de celebraron en Barcelona (España) y seguimos pasando calamidades. Que los deportistas son tal cual… déjenme
dudarlo. En muchos casos ya conocemos el Dopaje, la trampa y el engaño, el
deportista que agrede al árbitro (hablo por ejemplo del Taekwondo cuando el
cubano agredió al árbitro)…nos cuentan cuentos e historias que no reflejan
siempre la realidad.
Recibimos
información sobre quiénes son los malos en las guerras y quienes son los héroes.
Odiamos al que nos han dicho eran los malos y adoramos a los que nos quisieron
creer que eran los buenos.
Nadie conoce los problemas de fondo
ni los intereses, pero creemos ciegamente en lo que nos cuentan. La clave está
en CONTRASTAR la información que recibimos y sobretodo, en ver lo que realmente
ocurre…las palabras, palabras son, y la demagogia y tergiversar los hechos es
muy fácil. De modo que la mejor manera de conocer parte de la verdad, está en
los hechos, no en las palabras.
Otras veces,
nos enfadamos con los amigos de siempre, porque alguien dijo algo sobre el otro
y más lejos de contrastar, dan por hecho lo que han oído de otro.
La
información que recibimos, no solo entra por los oídos, a veces entra por los
ojos…creemos haber visto algo, cuando en realdad no era lo que parecía. O
pensamos haber tocado algo en la oscuridad que parecía un peluche y era un
felpudo.
Muchas
vueltas le he estado dando a esta frase últimamente... Y es que siempre me ha
dado mucha rabia lo fácil que es hablar sin saber, sólo porque fulanito lo haya
dicho o menganito lo asegure.
Lo que más
me fastidia ahora es que yo estoy cayendo en el "pecado": En muchas
ocasiones hablo sin saber; me creo lo que me cuentan y lo repito a los demás
como un vulgar loro sin saber de lo que hablo y sin asegurarme de que lo que
digo es totalmente cierto. Me estoy convirtiendo es eso que siempre he
criticado.
No sé por
qué hacemos esto, no sé si es por buscar protagonismo o si solo es por
demostrar que sabemos más que los demás, aún arriesgando a equivocarnos y
quedar en el más profundo ridículo; y es que a nadie le gusta reconocer que no
sabemos algo que "deberíamos" saber.
Me
gustaría pedir perdón a todos aquellos a los que he "engañado"
involuntariamente hablando de cosas que realmente no sé.
Y recuerden,
que todo lo que yo diga, puede ser otra falacia.
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