UNA SONRISA
Recuerdo una tarde en el hospital de Mahón (Menorca),
mientras esperaba en la sala de espera, observé una nota en la pared, me
acerqué a leerla, me gustó tanto que me dispuse a copiarla. Alguien me dijo que
la arrancara y me la llevara. No!- Le dije aquel señor. Si me la llevo, solo la
podré tener yo, y aquí hay mucha gente que necesita de leerla, tal vez más que
yo. Y le ofrecí una sonrisa.
La nota decía:
“Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho,
Enriquece a quienes la reciben
sin empobrecer a quienes la dan.
No dura más que un instante,
pero su recuerdo es a veces eterno.
Nadie es demasiado rico para prescindir de ella,
nadie es demasiado pobre para no merecerla.
Da felicidad en el hogar, apoyo en el trabajo,
es el símbolo de la amistad.
Una sonrisa da reposo al cansado,
ánimo a los más deprimidos.
No puede ni comprarse, ni prestarse, ni robarse,
pues es una cosa que no tiene valor
hasta el momento en que se da.
Y si alguna vez te tropiezas con alguien
que no sabe dar una sonrisa,
se generoso, dale la suya.
Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa
como el que no puede dársela a los demás.”
Después me quedé solo en aquella sala, me volví acercar a la
nota y con bolígrafo añadí:
"Si no puedes sonreír, yo te presto mi sonrisa, hasta
que algún día tú puedas devolverme la con una sonrisa tuya".
(Ricardo Mercado Sierra)
PS. Al tiempo descubrí, que aquella nota era de Mahatma
Gandhi (no podía ser menos).
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