miércoles, 9 de febrero de 2022

EL APRETÓN DE MANOS

 

El origen del apretón de manos

El apretón de manos no es precisamente un invento actual. Al contrario, puede ser el gesto con más raigambre de la civilización. Hay historiadores que atribuyen a los asirios su exportación a los pueblos del entorno, después de haberlo aprendido de los babilonios. Pero donde sí está documentado es en la antigua Roma, donde los "pactos de amicitia", acuerdos privados como el reparto de tierras conquistadas, se sellaban con un fuerte estrechar de muñecas (o antebrazo) característico. «Estos gestos eran más de carácter protocolario.



Sin embargo, otras fuentes históricas señalan que el apretón de manos, es un tipo de saludo creado para mostrar que no se empuñan armas.

Es uno de los gestos corporales más habituales de la etiqueta social en todo el mundo -quizá no lo bastante- y resulta tan expresivo que los diseñadores gráficos suelen recurrir a él para logotipos empresariales e institucionales como símbolo de acuerdo y concordia, al igual que hacen también los fotógrafos. El apretón de manos es un sencillo ritual que abre el camino al entendimiento entre personas -un camino que luego no siempre se recorre dentro de sus cauces-, pero su sencillez esconde aspectos mucho más amplios y complejos.

Suele atribuirse su origen al saludo entre caballeros durante la Edad Media, que lo harían con la mano contraria al costado donde llevaban la espada, de manera que la ocupaban impidiendo desenvainar y demostrando así que sus intenciones no eran violentas. Una explicación interesante pero errónea, al menos en lo cronológico, porque obvia el hecho de que el apretón de manos ya aparecía en numerosos testimonios de la Antigüedad, remontándose, como mínimo, a la Grecia del siglo V a.C. Los helenos lo llamaban dexiosis, término que hacía referencia a la palabra dexios, que significa derecha (la mano, se entiende). 



(Imagen: El apretón de manos de Joseph Addison y Richard Steele (Godfrey Kneller)/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons).




En distintas culturas y a lo largo de la historia, se puede ver el saludo con un apretón de manos.


(Imagen: La estela de Thrasea y Euandria/Imagen: Marcus Cyron en Wikimedia Commons).

Lo muestra el registro arqueológico. La estela SK1708 que se conserva en el Museo de Pérgamo berlinés es un buen ejemplo, mostrando a dos hoplitas del año 500 a.C aproximadamente dándose la mano ante un sacerdote y hay muchas más similares en el siglo posterior, sobre todo en piezas diversas (estelas, cerámica…) de carácter funerario, por poner un caso del mismo museo, la de Thraseas y su esposa Euandria. También son bastante conocidos los relieves de Comagene, reino sirio-hitita de Asia Menor situado junto al río Éufrates y conquistado por Alejandro, en los que se ve al gobernante estrechando la manos a los dioses.
Ese gesto se repite en infinidad de obras por toda Anatolia y Grecia, a menudo para representar la apertura de relaciones diplomáticas entre ciudades. Roma lo heredó llamándolo dextrarum iunctio, si bien aplicándolo especialmente al ámbito funerario en lápidas, vasos y monedas. Pero en ese contexto son muy significativas las téseras, unas piezas o planchas hechas de materiales variados (madera, metal, marfil) y con inscripciones que se usaban como documentos oficiales; en la Península Ibérica abundaban las llamadas tesserae hospitalis o téseras de hospitalidad, una herencia indoeuropea consistente en una especie de contratos entre pueblos celtíberos, así como entre éstos y Roma, en los que cada parte se quedaba una mitad y que a veces añadían al texto la imagen de un apretón de manos o adoptaban esa forma.



(Imagen: 
La tessera hospitalis del siglo I a.C. que se conserva en el Museo Arqueológico de Madrid).


Por tanto, si bien la datación medieval es claramente errónea, no tanto su significado: un gesto de paz y buena voluntad mediante una mano que está saludando agarrada a otra y, por tanto, no pueden empuñar un arma al mismo tiempo. Es lógico que se generalizara su uso como saludo junto a otras manifestaciones parecidas de afecto como abrazos o besos, pero también que se diversificara en diversas variantes según el lugar, la cultura y la situación.
Así, por ejemplo, en Rusia las mujeres no suelen dar la mano (y en Suiza hay que esperar a que tomen la iniciativa), en el mundo árabe (y en Extremo Oriente) los apretones son suaves porque lo contrario se considera grosería (no digamos ya sacudir las manos cuando están agarradas, al contrario que en occidente, donde eso subraya la efusión), en algunos se lleva la palma al corazón después y en Marruecos se acompañan de un beso en la mejilla. Los chinos también prefieren apretones débiles pero, a cambio, prolongados y los coreanos tienen que subrayar el apretón también con la mano izquierda.

Hay lugares en los que la costumbre al saludar es inclinarse; son los casos de Japón, que tiene varios grados de inclinación según las circunstancias, o la India. No obstante, el efecto de la globalización hace que en determinados ambientes -fundamentalmente política y negocios- haya arraigado el darse la mano. En parte de África los apretones de manos llevan aparejada una información extra: dos personas que se los den continuamente estarán dando a entender que mantienen una conversación bilateral; no hacerlo significa que otro puede sumarse a la charla. Siguiendo en el continente negro, los masái no estrechan sus manos sino que entrechocan sus palmas levemente y en Liberia sí lo hacen y con fuerza pero rematando el gesto con un recíproco choque de dedos.


 La característica común en todas partes es que siempre es la mano derecha la que se alarga para el saludo, sin duda debido a que la mayoría de la gente es diestra (la zurdera es un fenotipo que sólo afecta a un pequeño porcentaje de la población mundial que no supera el 13% como máximo); otra cosa es que algunos grupos hayan institucionalizado el dar la mano izquierda como seña de identidad y muestra de confianza, caso de los Scouts.






Este tipo de saludo con la mano izquierda y entrelazando los dedos miniques, es debido a que  durante la campaña contra Prempeh, Rey de los Ashanti, Baden-Powell capturó a uno de los jefes. Al rendirse, el Fundador de los Boy Scouts, le extendió la mano derecha en señal de amistad. Sin embargo, el jefe Ashanti insistió en darle la mano izquierda, explicando que sólo los más valientes entre los valientes se saludan con la mano izquierda, porque para hacerlo deberían desproveerse de su mayor protección que es su escudo.





En otro tiempo o época, los señores y caballeros para cerrar un trato y como firma y sellado de su compromiso, se daban un apretón de manos. Su palabra era infranqueable. 

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Cuando un apretón de manos valía mas que cien firmas , cuando este gran gesto valía mas que un notario , cuando los hombres se vestían por los pies, cuando los hombres tenían valores...


Lo mismo sucedía con los Samuráis. No tenían una seña de choque de manos, solo su palabra: "Bushi No Ichi Gon" o lo que es lo mismo "La palabra de un guerrero es suficiente". Un Samurái prefería la muerte antes de quebrantar su palabra.




Claro que como derivación también ha surgido el chocar los nudillos con el puño cerrado o el codo, algo que, por cierto, recomendaron las autoridades sanitarias por la pandemia del covid19.

Sin lugar a dudas, lo que más me sorprende es ver a personalidades que a pesar de no comulgar en las mismas ideas políticas o religiosas, se estrechan la mano en señal de cortesía y respeto.




En algún momento de nuestra vida, seguramente que hemos tenido la ocasión de poder estrechar la mano a alguien. Las formas en la que se saludan las personas son muy variadas, algunos lo hacen con tal delicadeza que les falta fuerza al apretón. Yo en cambio me gusta apretar (sin hacer daño o causar molestias)para que el interlocutor sienta ese apretón de manos que viene desde el corazón y sincero. También depende del lugar en el mundo en el que nos encontremos. Por ese motivo, en esos momentos de duda lo mejor es usar un saludo estándar y que no pueda generan ningún tipo de problema.

Este gesto, a pesar de que es cordial y cercano, también es sobrio y respetuoso, por lo que nadie se sentirá ofendido al usarlo. Si bien estrechar la mano es una de las maneras de saludarse más tradicionales del mundo, no sabemos exactamente cuándo se empezó a utilizar a pensar de conocer varias teorías. Fuere como fuere, yo me siento orgulloso de haber podido extender mi mano y saludar a cuantas personas me dieron la oportunidad de hacerlo. 





















-Ricardo Mercado Sierra-




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 Nota: Este artículo no pretende hacer ningún tipo de apología política, sino simplemente aclarar algunos conceptos muchas veces confundidos...