jueves, 7 de marzo de 2024

LA GUARDIA CIVIL- LA BENEMÉRITA

 Nota: Este artículo no pretende hacer ningún tipo de apología política, sino simplemente aclarar algunos conceptos muchas veces confundidos o ignorados.

Me he abstenido de escribir la historia del origen de la Guardia Civil, ya que considero que es bastante popular y conocida por todos. Pero sí apuntar algunos detalles que forman parte de su historia.

LA BENEMÉRITA


El cuerpo de la Guardia Civil no nace en tiempos franquistas como muchos piensan. En la segunda república la Guardia Civil ya servía al pueblo.  El rol desempeñado por la Guardia Civil durante la Segunda República española como principal cuerpo de seguridad ofrece el suficiente atractivo para indagar sobre las motivaciones del conflictivo contexto sociopolítico del país en la búsqueda de una visión profunda y de alcance, en torno a las relaciones de la Institución con los distintos gobiernos republicanos. En este sentido, los miembros de la Guardia Civil, fiel reflejo de la sociedad de la época y continúan siendo fiel a su compromiso para con su pueblo. Por algo se le llama "Guardia Civil" y no "Policía" como suele llamarse a otros cuerpos de carácter del orden público. Están para y por la población civil y sus intereses.

Agustín M. Pulido Pérez nos habla en su libro sobre la Guardia Civil en la segunda república



ORIGEN DEL CUERPO

Para los que aún piensan o creen que la Guardia Civil es de ideología franquista.

Para encontrar los orígenes del cuerpo hay que remontarse a 1844, durante los primeros meses del reinado de Isabel II y atendiendo a dos razones fundamentales: La primera, la necesidad que tenía el incipiente estado liberal de revertir la situación de inseguridad, especialmente desde la guerra civil, que hacía de España un país peligroso repleto de malhechores y delincuencia que hacían temible transitar por los caminos.

La segunda razón por la que nació la Guardia Civil responde al deseo de modernización de la administración: La determinación de la monarquía isabelina y los partidos que la sustentaban, recuérdese moderados y progresistas, de dotar a España de una administración moderna y rigurosa. Ninguna de estas dos razones obedecen a combatir contra los llamados Rojos en tiempos franquistas. De modo que, queda claro que la Guardia Civil no nace durante la dictadura de Franco. Es hora de enterrar al fantasma que asocia la institución de la Guardia Civil con el franquismo. No dudo de que haya guardias civiles con ideologías franquistas, pero esa no es a ideología de la institución en sí misma. Como personas individuales que somos, nos podemos encontrar con personas de distintas ideologías políticas o religiosas diversas, este hecho se da en todos los campos y en todos los gremios. Pero fundamentalmente, la Guardia Civil (la benemérita), está al servicio del pueblo y cumple con el deber de procurar la paz y el bienestar de su pueblo, garantizando el orden y la seguridad de todos los ciudadanos. 

Dentro del cuerpo de la Guardia Civil existen más de una decena de especialidades: montaña, buceo, antidroga, tráfico, etc. Operativos por tierra, mar y aire. A día de hoy, unos 80.000 agentes velan por nuestra seguridad en España. Normalmente, cuando nos referimos a este cuerpo lo llamamos Guardia Civil, y si lo llamamos Benemérita también es totalmente correcto.

Recuerdo que en el año 1979 leía en una de las revistas más prestigiosas de Alemania "Stern" un artículo sobre los distintos cuerpos de seguridad del estado de todo el mundo, así como la Scotland Yard, la FBI, la Gendarmería Nacional francesa y la Guardia Civil. De esta última decía que estaba entre las primeras mejores policías del mundo, la mejor formada y por su carácter humanitario.


Pero ¿se han preguntado alguna vez por qué se le llama también así, Benemérita?

La Guardia Civil también es llamada Benemérita. Para encontrar el origen de este sinónimo a la hora de referirse al cuerpo de la Guardia Civil hay que remontarse a sus primeros años de funcionamiento. Todo surgió de manera espontánea entre el pueblo y sus representantes y la prensa: Cada vez se aludía con más frecuencia a la institución como esa fuerza benemérita y protectora que ha devuelto la paz y tranquilidad a pueblos, caminos y campos de España, prestando innumerables auxilios a las personas.
BENEMÉRITA también se puede entender como BENEVOLENCIA.

La Benevolencia es una cualidad del ser humano con la que demuestra en sociedad que es bueno con los que convives. Según su etimología, Benevolencia se compone de los términos “Bene” significa “Bueno” y “Voló” quiere decir “Querer”. Es decir que una persona que es Benevolente quiere ser buena con los demás. Sus sentimientos, dictan que las acciones que tiene que tomar deben beneficiar a los demás, incluso si su bienestar se ve comprometido. Filosóficamente, la benevolencia es el valor que se le aporta a las acciones, este valor es positivo y es concebido para que todas las acciones a partir de esta, estén constituidas para hacer el bien.

DEFINICIÓN DE BENEMÉRITA

Benemérito o benimérita es un adjetivo que procede de la expresión latina bene meritus y quiere decir digno de ser valorado y reconocido. Así, una acción tendrá la calificación de benemérita si tiene un singular mérito, valga la redundancia. De esta manera, si un comportamiento destaca por su actitud generosa, valiente y orientada a la ayuda a los demás, se puede decir que se trata de un conducta benemérita.



Numerosos grabados de la época nos hablan de las acciones y obras  humanitarias de la Guardia Civil.
Así fue en sus comienzo y perduran en la actualidad.










De hecho se crea el cuerpo ola espacialidad del SEPRONA, para velar por el medio ambiente y la seguridad de animales y plantas, procurando mantener el planeta fuera de contaminación y en las mejores condiciones medioambientales. Una labor puramente humanitaria.

Esa alusión de la Benemérita a la Guardia Civil fue la consecuencia de una filosofía de servicio implícita en la letra del reglamento para el servicio y su famosa cartilla. Textos donde su autor, el duque de Ahumada, puso especial énfasis en su vertiente humanitaria. Se diría que el espíritu benemérito está en el ADN de la Guardia Civil desde su creación.










El término de Benemérita procede del latín, de la palabra benemeritus, frecuentemente escrita bene meritus y que literalmente significa "que lo ha merecido", por lo que se entiende digno de una alabanza o de un galardón. La Guardia Civil adquirió el título de Benemérita al serle concedida, tal día como hoy en 1929, la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia, con distintivo negro y blanco, el cual reconocía las actuaciones que implicaban riesgo personal.







La Orden Civil de Beneficencia era una distinción civil española que se creó en 1856, durante el reinado de Isabel II. Hasta 1929, había otorgado 438 cruces a guardias civiles individuales y ese año le concedió a la Guardia Civil en su conjunto la Gran Cruz por Real Decreto, del 4 de octubre de 1929, en reconocimiento a "los innumerables actos de servicio abnegados, humanitarios y heroicos que los individuos pertenecientes al mismo han realizado con motivo de incendios, inundaciones y salvamentos de náufragos" desde la fundación del Instituto Armado hacía casi 85 años, desde mayo de 1844.

Esta distinción de la Orden Civil de Beneficencia también fue otorgada a otras personas e instituciones, pero la Guardia Civil es la única a la que se le atribuye la denominación de Benemérita.

"La lealtad, el sacrificio, la austeridad, la disciplina, la abnegación y el espíritu benemérito son los principios clave que guían las actuaciones de los hombres y mujeres guardias civiles, y el férreo cumplimiento de estos compromisos ha permitido al Cuerpo garantizar la seguridad de la ciudadanía hasta nuestros días".

En la actualidad, ese espíritu benemérito se mantiene vigente de manera expresa en el Código de Conducta del personal de la Guardia Civil, cuyo artículo 21 exige a sus miembros prestar auxilio con los medios a su alcance a todo aquel que lo necesite, se encuentren o no de servicio, con especial atención a las personas y colectivos más vulnerables".


 El honor consiste en hacer hermoso aquello que uno está obligado a realizar.
A. V. de Vigny (1802 – 1885)
 

Si se busca documentación sobre principios o valores que deben inspirar la labor profesional de un guardia civil, nos encontramos con un gran número de códigos de conducta emanados de multitud de organismos tanto nacionales como internacionales, así como normas originadas desde la propia Institución.Bandera España

Desde la misma fundación de la Institución, la “Cartilla del Guardia Civil” contemplaba tanto reglas morales como de urbanidad y protocolo, y pretendía dotar a los guardias de una sobria formación moral y humana, dignidad y sentido del honor.

El lema del guardia civil es: “El Honor es mi Divisa”. Y este es el valor principal que debe asumir un guardia.  El honor es un conjunto de obligaciones que, de no cumplirse, hacen que se pierda. El honor tiene un código: una serie de cualidades basadas en ideales de lo que constituye un comportamiento honorable.

Un guardia civil es militar en cuanto a su disciplina, su honor y espíritu de sacrificio, su abnegación, integridad, profesionalidad, lealtad y compañerismo. Pero también es un ciudadano, con algunos de sus derechos fundamentales limitados, un funcionario cualificado de la Administración del Estado; un policía que vela por la seguridad de todos.

El principio de cumplimiento del deber de un guardia civil limita la propia voluntad, no coercitivamente, sino como una necesidad moral; moral que debe ser interiorizada como propia. Ya en la época fundacional fueron definidos unos principios que NO son una lista de palabras huecas sino algo que el guardia civil asume y hace propios:

Sacrificio: Peligro o trabajo grave a que se somete una persona, acto de abnegación inspirado en el sentido del deber. Se traduce en subordinar la vida o el bienestar propios por los de los demás.
Lealtad: Cumplimiento de lo que exige la fidelidad y el honor.
Austeridad: Moderación de los sentidos y pasiones ante metas más elevadas como el cumplimiento del deber.
Disciplina: Doctrina, instrucción de una persona. El significado implica la observancia de unos principios de obediencia que sólo conoce el límite moral del honor y el material de la Ley.
Abnegación: Sacrificio que alguien hace de su voluntad, de sus afectos o de sus intereses, generalmente por motivos profesionales o por altruismo.
Espíritu benemérito: Benefactor, que hace bien a los demás. Se consideran las necesidades del prójimo por encima de las de uno mismo.
Puede entenderse que estos valores son naturales es decir, que existen como ideas universales, como conceptos superiores e independientes, al margen de las ideologías o las tendencias políticas y que tienen una clara permanencia en el tiempo.

A pesar de la lejanía en el tiempo desde su adopción por la Guardia Civil, la esencia de estos valores no ha dejado de ser compartida y apreciada por la sociedad a la que aquélla sirve.

La estima de la Institución por parte de la sociedad tiene su fundamento en esta percepción común de estos valores como ideales. Su permanencia no supone una Guardia Civil anclada en el pasado sino una Institución que evoluciona y se adapta a la realidad social del momento y a su complejidad y que hace frente a las nuevas amenazas.

Puede apreciarse lo aventajado de la visión del Duque de Ahumada si se considera que los valores que contiene la “Cartilla” han trascendido a su época e inspiran actualmente, más de 160 años después de su primera redacción, a las mujeres y hombres que hoy integran la Guardia Civil.


El Honor es mi Divisa

Por todo ello, gritamos:

¡VIVA ESPAÑA!

¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!


-Ricardo Mercado Sierra-





lunes, 4 de diciembre de 2023

HOMENAJE A LUCAS APOLONIO RODRÍGUEZ (POLONIO)


HOMENAJE A POLONIO

Llegando estas fechas navideñas, no hay un solo año en que no se me pase por la memoria  todo aquel que se encuentra desamparado, los llamados "Sin Techo". 

Muchos decimos que son vagabundos, no me gusta ese término, que parece despectivo. Algunos lo quieren adornar con términos más poéticos y lo llaman "Bohemios". Para mi no son más que seres humanos infortunios, que viven en una sociadad poco comprensible y falta de empatía; La empatía nos permite, literalmente, comprender el estado de ánimo de los demás y nos lleva a un comportamiento más solidario. Y es justo lo que nos falta en esta sociedad. 

Polonio fue un personaje muy querido y respetado en Linares (Jaén). Se le veía en la puerta del entonces almacén Simago. 

Fué todo un icono en esta ciudad, nos dió dia a dia, todo un ejemplo de libertad personal, vivió como quiso, sin tabues, sin miedo a los comentarios, FUÉ ÉL, asi de rotundo y de simple,supo ponerse el mundo por montera y ser querido y envidiado por muchos.

Polonio es una persona muy recordada para los Linarenses y cualquier documento donde podamos verlo será para mi una manera de hacerle homenaje independientemente de su situación económica o social. También se le podía ver pasear por la calle peatonal y cantando en la puerta del Supermercado Simago. Le gustaba vestirse de mujer, era como más cómodo se encontraba. Yo apenas lo conocí, pero sí recuerdo haberlo visto en más de una ocasión, no sabía bien de quién se trataba, pero con el tiempo oía a mucha gente hablar de él. Creo que no había por entonces un solo Linarense que no conociera a Polonio. Fui descubriendo de oídas, quién era realmente ese señor. Un hombre apacible, entrañable, pacífico, dulce y cuantos calificativos deleitosos merezca resaltar.

Dicen que una vez llegó un pintor de Madrid y se fijó en él y lo quiso retratar. Así lo hizo. El cuadro adquirió un gran valor, tanto artístico como económico. Pero Polonio no recibió nada por ello, es más, se siente agradecido y honrado por haber servido de modelo aquel Pintor de Madrid.

Foto: Reproducción en baldosas de cerámica del cuadro que pintaron a Polonio.

Pese a su aparencia o aspecto, personalmente yo no conozco a ningún otro mendigo que gozara tan  alto prestigio de respeto y admiración como Polonio en Linares. Cierto que a veces fue victima de buslas e insultos por parte de la chiquilla de algunos niños, propio de la edad. Pero tampoco descarto la posibilidad de haber sufrido los mismos insultos y descalificativos de personas mayores. Hay de todo en la viña del señor. 




Fue aludido en Poemas, escritos biográficos, sirvió de modelo a pintores y de entretenimiento a cuantos transeuntes pasaban por la calle peatonal de Linares con sus canciones y sus versos. 

Muchos creen que perdió la razón, yo creo que Polonio vivía en su mundo tan cuerdo como cualquier otra persona que se crea sensato. Solo vivía su vida en libertad y respetaba la libertad de los demás. No siquiera puedo decir que fuera el Quijote, pero tan digno de ser protagonista de una larga literatura como la cervantes, seguro que sí.

A continuación les dejo el primer vídeo de tres partes, en una entrevista de televisión (ya con un aspecto "mejorado" - observen las entrecomillas:


Un señor de Linares que corresponde al nombre de Antonio segudido de las iniciales CP
Escribió una nota en un homenaje que se le hizo a Polonio, y decía:
"El mejor homenaje que se le puede hacer a esta persona o a cualquier otra en sus idénticas circunstancias, es que reciba el respeto de los ciudadanos y siendo evidente que esta persona sufría de algún tipo de carencia, influir en las instituciones públicas para que se le atendiese y facilitase una vida digna. Todos fuimos testigos que dentro de su simplicidad, llevo una vida miserable, no digo infeliz, digo miserable, pasando fatigas y sufriendo las risas y los desprecios de quienes tenían menos conocimiento. Por esto, lo mejor sería que nunca más se repita en otra persona. Gracias por haberme traído a la memoria un personaje al que querré toda la vida."

Tal vez en Honor a Polonio, deberiamos mencionar en su memoria: 
LA MALDAD QUE ANIDA EN EL SER HUMANO
Por eso que mencionaba antes lo de la EMPATÍA.

La incomprensión o lo que es lo mismo, la falta de ematía, ¿pero se han preguntado alguna vez qué es la incomprensión?

La verdad es que definirla es complejo, por todo lo que conlleva en sí misma.

¿Podríamos definirla como fuente de la maldad? En realidad sería una forma de expresarla puesto que la incomprensión es un sentimiento egoísta que la mayoría de veces desencadena una fuente de violencia entre los seres humanos.

Ya que con la incomprensión, no pensamos en la forma de pensar o sentir de nuestros congéneres, sino que de una manera egocéntrica, deseamos que los demás piensen, actúen y vivan sus vidas como nosotros queremos y cuando vemos que esto no es así, chocamos de manera frontal y brutalmente como en un grave accidente de carretera, al ver que no cumplen con nuestros deseos y expectativas, no lo entendemos, no deseamos confraternizar con ellos y llegamos hasta el punto de repudiarlos.

Yo diría realmente y sin lugar a dudas, que la incomprensión si es una fuente inagotable de violencia y maldad.

Por la incomprensión se provoca violencia y la falta de entendimiento familiar, se odia hasta el límite más extremo, se desprecia, se ataca sin tener en consideración las ideas, sentimientos ni derechos de los demás.

A la persona que se deja dominar por la incomprensión no le importa quitar los obstáculos que considere que le entorpecen sus ideales, en su forma de andar por la vida, si considera que estos le entorpecen su forma para esta única, perfecta y buena de llevar su vida.

Al hacer esto se violan los derechos fundamentales de los demás, el libre albedrío y se traspasa una barrera de derechos que no debería ser franqueada, si en realidad somos seres racionales y no animales.
Los problemas de la vida diaria nos han vuelto incomprensivos, hasta el punto de insensibilizarnos y acabamos actuando de forma mecánica, como autómatas ya que no discernimos, solo actuamos y llevamos una vida estática como una planta o como un animal descontrolado, porque aunque no lo parezca pero al menos los animales viven bajo una rutina y disciplina en sus actos.

La incomprensión tiene su parte afectiva y esta es la falta de empatía y conocimiento de la persona con la que nos estamos relacionando y no aceptamos.

Nos llamamos a nosotros mismos una raza superior sobre la naturaleza, por ello mismo deberíamos demostrar esa inteligencia al analizar en nuestro interior y visualizar los motivos que nos llevan a no aceptar, discriminar o rechazar a otros seres como son realmente.

Debemos comprender que no podemos cambiar a los demás a nuestra imagen y semejanza, podemos enseñarles, sugerir formas de afrontar los problemas sin herir sus sentimientos, darles guía didáctica pero hasta ahí, sin querer traspasar esos límites.

Tenemos que aceptar a las personas, ya que cada única con sus: errores, virtudes y defectos, manías e ideologías, en sus momentos críticos de la vida y en los que lloren de alegría, esto solo lo podemos conseguir siendo empáticos (poniéndonos en el lugar de la otra persona, por encima de nuestros propios intereses).

Valgan estas líneas en eterna memoria a Don Lucas Apolonio Rodríguez (Polonio)



-Ricardo Mercado Sierra-



















 

domingo, 3 de diciembre de 2023

UNA HISTORIA DE NAVIDAD - LA TREGUA

 

LA TREGUA DE NAVIDAD

Existen muchas historias e historietas, así como muchos cuentos de Navidad, unos alegres y otros más tristes. Pero la historia que hoy os vengo a contar, es un hecho histórico real. Muchos habrán oído hablar de ella, otros la conocerán bien, y para otros muchos, será la primera vez que oirán de ella.

LA TREGUA DE NAVIDAD EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Fueron tan solo algunas horas, pero en 1914, durante la Primera Guerra Mundial, un grupo de soldados decidiría espontaneamente dejar la guerra de lado para confraternizar con el ser humano que se encontraba debajo del uniforme enemigo.

Era diciembre de 1914 y apenas transcurridos los primeros meses desde el inicio de la Primera Guerra Mundial, alemanes y aliados batallaban en los frentes de Bélgica y Francia. Desde sus trincheras anegadas, los soldados del imperio alemán y las tropas británicas intercambiaban disparos sobre una franja de tierra de nadie en la que camaradas heridos y muertos yacían esparcidos. 

Una guerra sangrienta, la peor desde entonces conocida en el mundo. Odio, venganza, atrocidades, crímenes y asesinatos. Violaciones, castigos severos y continuas torturas. Una de las guerras que más víctimas se cobró en la Historia universal. Pero al llegar la Nochebuena, en varios puntos del Frente Occidental los alemanes colocaron árboles iluminados en los parapetos de las trincheras y los aliados se les unieron en un alto el fuego espontáneo: fue la conocida como Tregua Navidad de la Primera Guerra Mundial.

Soldados en las trincheras.

Al caer la noche, en medio del frío y la suciedad de las trincheras, los alemanes comenzaron a colocar abetos y demás decoraciones navideñas, y entonaron el Stille Nicht (Noche de Paz) un villancico austriaco compuesto en el siglo XVIII. En respuesta, los ingleses cantaron la misma canción pero en inglés, y, por un momento, la noche se preñó de felicidad.

https://www.youtube.com/watch?v=BB4wwTvhdQA

Seguramente todos esos chicos de manos azuladas y mirada cansada llevaban mucho tiempo sin saber lo que era la felicidad, y muchos pensarían que tal concepto había desaparecido por completo de la faz de la Tierra.

Pero aquella Nochebuena, los cánticos sustituyeron al espanto de los asaltos, al estruendo de las bombas, al cenagal de las trincheras, la sangre y los gritos.

De pronto, un soldado británico salió de su zanja con un pañuelo colgado de su bayoneta, avanzó unos cuantos pasos por la tierra de nadie, entre los agujeros que sólo unas horas antes había causado la artillería, y dejó en el suelo una botella de whisky, a la vez que gritaba: ¡Merry Christmas!



Enseguida un soldado alemán fue a recoger la botella, y a su vez dejó un paquete con salchichas y galletas. Poco a poco, todos fueron abandonando sus trincheras para juntarse en el centro del campo de batalla. Todos eran iguales. Alemanes y británicos. Distinto uniforme pero misma cara, mismos ojos, misma sonrisa, mismas ganas de sobrevivir. Intercambiaron bebida, cigarrillos, cantaron abrazados mirando a las estrellas y se fueron a dormir. Pero, lo mejor, vino al día siguiente.

La mañana de Navidad, alguien sacó un balón de fútbol. Todos regresaron a la infancia. Improvisaron unas porterías y  jugaron un partido amistoso. No había ni árbitro. Cuentan las cartas de los soldados que aquel partido lo ganaron los alemanes, 3-2. Este hecho pasaría a la historia como el mejor día de la navidad en plena guerra mundial. 


Una escultura conmemorativa de la Tregua de Navidad del 24 de diciembre de 1914, durante la Primera Guerra Mundial, se exhibe en la recepción del Estadio Britannia. La escultura del artista Andy Edwards de Stoke, titulada "All Together Now", muestra a dos soldados, uno británico, otro alemán, saludándose a su lado con un balón de fútbol.



Esta fotografía, tomada de una colección de imágenes del Museo de los Campos de Flandes, fue proporcionada por la familia del soldado alemán Kurt Zehmischl. En ella podemos observar como un soldado alemán del centésimo tercer regimiento sajón, se cala el sombrero de un soldado británico mientras que este comparte asiento en una zanja con otros soldados alemanes en Warneton, Bélgica.


Aquel día se demostró una vez más que no son los soldados rasos los que se odian entre sí; ellos están allí porque es su deber, que son cosas distintas; y porque el odio de los poderosos, a lo largo de la Historia, siempre ha generado más oficio para el hombre que el amor, y de algo hay que vivir.
Entonces la fiesta acabó y volvieron a sus trincheras, cada uno a su barro, su miedo y su lucha; a una muerte sin pausa y sin prisa que se prolongó cuatro años más.

La tregua de Navidad de 1914 es, sin duda, la más conocida. También porque fue la última vez que la paz irrumpió en la guerra de forma tan espontánea y decidida, de la mano de simples soldados cuyos nombres se han olvidado. Aquello enfureció a los altos mandos (sobre todo al británico) lo que confirma quienes se odiaban de verdad. Pero no fue la única tregua de Navidad.


Tal vez sea menos conocida la otra tregua de Navidad de 1573 en plena guerra.

Ya durante el asedio de Breda, en el siglo XVII, o un poco antes, en el asedio de Haarlem de 1573, el ejército español y el orangista firmaron una tregua de dos días que se cumplió a rajatabla. Incluso sitiados y sitiadores montaron un improvisado mercado en el que intercambiaron toda clase de cosas, remojándolo todo con cerveza y vino; para luego, volver con la misma naturalidad a intercambiarse cañonazos, mandobles y estocadas en las brechas de las murallas.

Y es que a veces, el ser humano tiene salidas inesperadas a situaciones desesperadas. Pequeños resortes que aplican la chispa adecuada en el corazón y lo vuelven más amable, solidario o generoso. O simplemente menos desalmado de lo que suele ser.

La tregua de Navidad menos conocida, es precisamente la más reciente en el panorama histórico de una guerra. Se trata en de la segunda guerra mundial.


LA PEQUEÑA TREGUA DE NAVIDAD DE 1944

La noche del 24 de diciembre, Elizabeth Vincken y su hijo Fritz acogieron a soldados norteamericanos y alemanes. Aquella cena de Nochebuena hizo olvidar la rivalidad de la Gran Guerra.

El bosque de Hurtgen es una extensa área forestal situada entre la frontera belgo-alemana, al norte de la ciudad de Aquisgrán, donde se libraron combates muy violentos durante los meses de septiembre de 1944 a febrero de 1945.

La noche del 24 de diciembre, Elizabeth Vincken y su hijo Fritz, de 12 años de edad, estaban preparando el pollo (que habían bautizado como Hermann) y que habían cebado para el almuerzo de Navidad. El marido de Elizabeth, panadero en el ejército alemán, había sacado a la familia de Aquisgrán y los había llevado a una pequeña cabaña de caza, con idea de alejarlos de los bombardeos y combates.

Mientras estaban asando unas patatas –su cena de esa noche– alguien llamó a la puerta. Asustada, Elizabeth abrió la puerta y se encontró frente a dos soldados norteamericanos, un tercero yacía en la nieve, obviamente mal herido. Los soldados –Ralph Blank, Herbie Ridgin y James Rassi del 121º regimiento, 8ª división– se hicieron entender por signos y un francés macarrónico: estaban perdidos y le pedían permiso para poder pasar la noche al calor de su refugio. Elizabeth los pasó al interior y le dijo a Fritz que pusiera más patatas al fuego. Apenas se habían acomodado y empezaban a entrar en calor, cuando una nueva llamada a la puerta alteró la noche. Esta vez abrió la puerta el pequeño Fritz y fue para encontrarse con el uniforme feldgrau del ejército alemán. Elizabeth, rápidamente, apartó al niño y se enfrentó a los nuevos visitantes. El de más edad –debía tener unos veintipocos años y era cabo– amablemente la deseo una Feliz Navidad. Estaban de vuelta hacía su regimiento, habían perdido el sendero y la noche estaba cerrada. Le pedían permiso para pasar la noche.

(Foto) El general de brigada Anthony McAuliffe y su personal celebran la Navidad en Bastogne, Bélgica, el 25 de diciembre de 1944, mientras están rodeados por tropas alemanas.


Elizabeth Vincken le respondió que no había ningún problema, pero que tenían que dejar las armas fuera. Una vez que lo hubieron hecho explicó al cabo que tenía otros huéspedes.

–¿Norteamericanos? Preguntó el cabo alarmado.

–Si, pero es Nochebuena. No habrá disparos aquí –le respondió la señora Vincken.

Y volviéndose hacía los norteamericanos les pidió que les entregaran sus armas y las depositó junto a las de los soldados alemanes.

El cabo pareció dudar un momento, pero entró junto con los otros tres alemanes. La tensión en la sala era palpable. Americanos y alemanes se miraban con desconfianza y la barrera del idioma no hacía las cosas más fáciles.

La señora Vincken tomó el mando y ordenó que unos se ocuparan de poner la mesa, otros del pobre Hermann –que no duraría para el almuerzo de Navidad– y de las patatas. El cabo alemán sacó una botella de vino tinto de su zurrón y un pan negro de munición. El resto de los soldados, norteamericanos y alemanes, aportaron lo que pudieron y compartieron con todos esa extraña cena de Navidad. Uno de los alemanes había estudiado algo de medicina, hasta que la guerra le obligó a abandonar los estudios, por lo que revisó la herida del herido y comprobó los vendajes.

–La herida no es grave pero ha perdido mucha sangre. El frío ha evitado la infección. Necesita alimento y reposo –les explicó a los norteamericanos en un limitado inglés–. Y se ocupó de alimentarlo y cuidarlo durante toda la noche.

A medida que progresaba la cena el ánimo general cambió completamente. La guerra estaba olvidada y la añoranza de la familia y el hogar se hizo más intensa. Algunos no pudieron retener las lagrimas.

A la mañana siguiente salieron todos de la cabaña. Se estrecharon las manos. El soldado alemán que hizo de enfermero puso un nuevo vendaje al herido, que ya tenía otra cara. El cabo entregó un mapa y una brújula a uno de los norteamericanos, indicándole la posición de sus compañeros. Saludaron a la señora Vincken y al pequeño Fritz y partieron, cada uno en distinta dirección.

El 19 de enero de 1996, Fritz Vincken pudo reunirse con Ralph Henry Blank. El veterano le contó que aún conservaba el mapa y la brújula que le dio el cabo alemán y que atesoraba el recuerdo de aquella Nochebuena como la más hermosa de su vida.


"Desde el Reto Histórico de una guerra, os deseo feliz tregua de navidad para todos los que aún siguen en guerra.".

- Ricardo Mercado Sierra-













miércoles, 28 de septiembre de 2022

JAPÓN Y SU IDIOSINCRASIA


La palabra Karate, es un vocablo japonés que significa "Mano Vacía" (Kara = vacío, Te= mano). 

Este término viene a consecuencia de que en aquella época estaban prohibidas las armas en Japón, y solo los señores de la guerra, samuráis, daimios etc. podían portarlas. 
(Daimio Ii Naosuke) 

(Samurái)

Dice una leyenda que en todas las poblaciones había un cuchillo atado en un árbol en la plaza del pueblo, para que la población pudiera hacer uso en las labores domésticas, cortar carne y verdura etc. Pero nadie podía portar un arma ni fuera, ni dentro de casa.



Los campesinos y pescadores de la época, hartos de sufrir los constantes abusos, reprimendas, regaños y castigos por los abusivos costes de impuestos, robos y saqueos, decidieron defenderse a mano vacía.

Hay una película titulada los 7 samuráis, que si bien no refleja del todo bien los acontecimientos de la época, sí refleja los abusos constantes de la casta samurái y sus Daimios. Estos 7 samuráis se convirtieron en Ronin, a favor del pueblo, el campesino y pescadores. De ningún modo podían consentir tales atrocidades contra el pueblo llano.




 Muchos de ellos han tenido que emigrar fuera de Japón en busca de una vida mejor, dejando recuerdos, familia y pertenencias. 





Con el tiempo se hicieron de los utensilios de trabajo para defenderse, oz (kama), nunchaku (mayal),palo o vara (bo, hambo etc.), azada (Kue), remo (Eku), tinbe (escudo hecho con caparazones de tortuga), lanza pequeña (Rochin) entre otros, fueron sus armas, y de ahí, que de las manos vacías (Karate), se creó el Kobudo (arte marcial por excelencia en el manejo de armas japonesas, por lo general especializadas en armas de utensilios de las labores del campo y de la pesca).



Oz (KAMA)


Remo (EKU)







Azada (KUE)








Palo o vara (BO)

Palo corto (Hambo)


Porque en Japón también se varea los almendros.


LOS NUNCHAKU O MAYAL






Era una herramienta para desgranar el trigo u otros cereales.


Pero esta herramienta pese a que se cree que es originaria de Japón, nuestros antepasados en Europa y Sudamérica, también las usaron con el nombre de Mayal.




Los campesinos japoneses lo usaron como arma en su defensa contra lo opresión.

El Tonfa, era otro arma usada por los campesinos. Sobre este particular hay varias leyendas y no está del todo claro su procedencia. Tal vez la más acertada fuera que sirvió como palanca para poder girar las ruedas de un molino.



Fuere como fuere, debió ser muy eficaz, cuando los cuerpos de seguridad del estado, han hecho de este arma una adaptación para su defensa.



Unas de las características del Kobudo es también el escudo como defensa.
Por lo general se hacían de paja prensada o del caparazón de tortuga.







Casi siempre acompañado por una pequeña lanza o Rochin.

Cierto es que, fueron perfeccionando sus técnicas de combate a través de los conocimientos que les llegaba de China al tener ocupadas la islas Ryu Kyu, en especial Okinawa. Pero eran tan escasos, que se vieron obligados a perfeccionarse por sí mismos y recurrir a los utensilios de trabajo y usarlos como armas. Por la desconfianza que generaba la opresión, no fue hasta más tarde que herreros, carpinteros etc. se sumaran a la causa y les proporcionaran otro tipo de armas más sofisticadas como Sai, tonfa, cerbatana, lanzas, arcos y flechas, pero eso es otra historia...

Todo ello, fue consecuencia del abuso por parte de quienes llevaban el control, la hambruna, la miseria y las desatenciones que recibían los campesinos de la época feudal japonesa. 

















Mientras unos pasaban hambre y calamidad...








...Otros vivían con granes lujos.












Tal vez la población más sufrida de Japón, se deba a la etnia de los Ainu







Pero también ésta es otra historia.

Si nos damos cuenta, a día de hoy, no han cambiado mucho las cosas, los campesinos y pescadores son siempre los más sufridos y desfavorecidos, tanto por los gobiernos, como por la sociedad en sí misma.

Karate es mano vacía, y así tal como venimos al mundo, vacío de bienes materiales, así debemos continuar a lo largo de nuestra vida. Entregándose al prójimo hasta vaciar nuestras manos para ofrecer cuanto podamos, ofreciendo nuestras manos vacías, para estrecharlas en amistad y concordia.

Karate es paz, es abnegación. 

-Ricardo Mercado Sierra-







LA GUARDIA CIVIL- LA BENEMÉRITA

 Nota: Este artículo no pretende hacer ningún tipo de apología política, sino simplemente aclarar algunos conceptos muchas veces confundidos...