martes, 26 de enero de 2021

LOS PERROS TAMBIÉN VAN AL CIELO


 LOS PERROS TAMBIÉN VAN AL CIELO

Me niego a creer que los canes no vayan al cielo. Por sentido común -  a juzgar por las creencias religiosas, tanto antiguas creencias como contemporáneas. 

LOS CANES TAMBIÉN TIENEN ALMA.


Desde que se tiene prácticamente conocimiento, el hombre siempre se ha servido del perro, bien para la caza, bien para cuidar el ganado y el hogar, bien como mera compañía. Fuere como fuere, el perro siempre estuvo ligado al hombre.

En todas las civilizaciones conocidas, el perro ha tenido su protagonismo en su presente y a lo largo de la historia.

En el antiguo Egipto, el perro fue incluso venerado, como en el caso del Dios Anubis.



Tanto los Mayas y los Aztecas, veneraban al perro.


Dioses mitológicos, tanto Griegos como Romanos, poseían su propio can.



Los Sintoístas en el país del Sol Naciente, veneraban al perro.




En China, India, Japón, Corea, como en muchos países orientales, en sus respectivas creencias religiosas, tanto Hinduismo, como el Budismo y otros, el perro toma su importancia y su propio protagonismo.

En la religión cristiana es sobradamente conocido los casos de santos que guardan estrecha relación con los canes. 
Pese a que San Antonio Abad se haya proclamado patrón de los animales, otros muchos santos también tenían un vínculo muy estrecho con su perro.


Tal es el caso de San Lázaro.


San Martín de Porres.


Santo Domingo


Y tal vez el santo más popular por su perro, sea San Roque.




Le siguen infinidad de santos cristianos que su única compañía fue su perro.




Por estas razones me niego incluso a creer que los perros no tengan alma. Quiero pensar que hasta Jesús se crio y creció junto a un can.



Es muy difícil pensar que éstos santos hayan pasado gran parte de su vida con su perro, lleguen a la puerta del cielo y no interfieran ante Dios para poder entrar a su can en el paraíso. 

No solo por ser considerado el mejor amigo del hombre. Sino por ser el más fiel, noble y leal de todos los mortales. 

Si el hombre dicen que tiene alma, el perro con mayor motivo debe tener su alma. Si el hombre dicen que tiene una nueva oportunidad de vivir una vida eterna en el paraíso, el perro con mayor motivo. Pensar que después de llevar una vida tan digna de honestidad, no se le de la oportunidad de poder una vida eterna en su paraíso. 


Si no fuera así, yo cuando muera, quiero ir a donde ellos van.




-Ricardo Mercado Sierra-








sábado, 23 de enero de 2021

FILANTROPÍA

 FILANTROPÍA


Filantropía significa humanitarismo o altruismo, es un sentimiento (empatía) que hace que los individuos ayuden a otras personas de forma desinteresada, es amor incondicional, es decir, sin intereses, sin fines de lucro y sin requerir nada a cambio, hacia el ser humano. Es un término de origen griego, proviene de dos vocablos, φίλος (philos o filos), que significa amor, amante de, amigo de, y άνθρωπος (anthropos), que significa hombre, por tanto, filantropía significa amor a la humanidad o al género humano. La filantropía es la actitud de ayudar al prójimo, a los otros, el voluntariado o la acción social, dar caridad, ya sea a través de donaciones o donativos, como ropa, comida, dinero, etc. para solucionar los problemas de las personas. La caridad está estrechamente ligada a la filantropía. El concepto contrario a la filantropía es la misantropía (antipatía).












La filantropía se da con más frecuencia en niños que en adultos, en deportistas y personas más humildes o pobres.










El término filantropía fue creado por un emperador del imperio romano (Flavio Claudio Juliano) en el año 363, porque pensaba que la filantropía era una característica de una de sus actividades, como sinónimo de la caridad cristiana, con el objetivo de ayudar a la gente, aunque no era cristiano. 



La filantropía sucede de varias maneras, a través de las donaciones a las ONGs (Organizaciones No Gubernamentales), a comunidades, a personas, o simplemente el hecho de trabajar para ayudar a otros, directa o indirectamente, pero no necesariamente estas últimas deben ser filántropos.

La filantropía está más relacionada con ser capaz de dar algo, incluso sólo tiempo y atención, a otras personas o para causas importantes, proyectos solidarios, solamente con el objetivo de sentirse bien, y puede ser practicada en las iglesias, hospitales, escuelas, etc. Por supuesto, es importante que la persona que va a ayudar tenga las herramientas necesarias para ayudar positivamente a la otra persona, no basta sólo con buenas intenciones, hace falta una buena preparación y a veces un buen equipo de personas especialistas para conseguir ayudar a otros.


Hace unos años mantenía una amena conversación con una señora. Después de estar conversando durante un tiempo, ella me preguntó: ¿ Y puede saberse a qué se dedica Usted”? - Mi respuesta más inmediata y vista la conversación que habíamos mantenido, me salió decirle: “Me dedico a la filantropía”.

Su respuesta fue: “Que linda debe ser esa profesión, pero realmente no sé a qué se debe dicha profesión”. Yo traté de explicárselo y ella sintió vergüenza.

“No se avergüence usted Señora, se lo suplico. Todo viene a colación de la conversación que hemos mantenido, y pensé que usted sabía de qué se trataba. Perdone”. - Le dije.

Hoy vengo a tratar de explicar, que la Filantropía no es más que el amor al prójimo. Hay muchas maneras de disfrazar ciertos términos, pero al final no son más que lo que se demuestra hacer con acciones.

La RAE, explica que el término filantropía designa, en general, el amor por la especie humana y a todo lo que a la humanidad respecta, expresada en la ayuda desinteresada a los demás.

La filantropía comúnmente se superpone con la caridad, aunque no toda caridad es filantropía, o viceversa. La diferencia comúnmente citada es que la caridad alivia los problemas sociales, mientras que la filantropía intenta resolver esos problemas definitivamente (la diferencia entre dar un pescado a un hombre hambriento y enseñarle a pescar).

No cualquiera que se muestre generoso con una persona es un filántropo. Uno puede donar alimentos a una O.N.G. (acto que se define como “filántropo”), pero no ser un filántropo. En cambio una persona pobre que no tenga nada que donar a los demás, puede sentir un impulso de amor al prójimo, y cuando digo al “prójimo”, digo a toda la humanidad, ese puede ser perfectamente un filántropo. La generosidad aunque ligada al benefactor del sentimiento humano, no quiere decir que sienta “AMOR” por todos los humanos. La filantropía va mucho más allá del factor generoso, es pasión, es amor al prójimo, es amar a toda la humanidad.

Muchos hombres y mujeres, religiosos o no religiosos, se han dedicado a la filantropía, algunos conocidos y muchos otros anónimos. La filantropía es un término que se debería escribir en minúsculas para pasar a la acción en MAYÚSCULAS.

Muchas ONG´s, Bancos y otras empresas, disfrazan su negocio con el pretexto de ser filántropos, cuando sus intereses son otros.  El concepto de la filantropía está muy extendido hoy en día, y por error está asociado a las acciones de responsabilidad social de las empresas (filantropía empresarial). La filantropía está mucho más relacionada con el Tercer Sector, donde se hace algo por la gente donde el gobierno no consigue llegar, más que a las empresas que hacen acciones para contribuir a una sociedad mejor, más equitativa y justa, porque también se puede interpretar solamente como un medio para hacer marketing. Sin embargo, muchas veces los más humildes y los más pobres, son los que más ofrecen a los demás. Tal vez porque saben lo que es estar necesitado. Ahí crece y nace la filantropía.

El amor al prójimo tampoco significa que se deba dar sólo al desprotegido o desvalido.

Amor al prójimo es sentir amor por todos los humanos.


Sin tener la imperiosa necesidad de relacionar las buenas acciones, el amor al prójimo, la caridad y la bondad con ninguna religión, ONG u otras empresas, el ser humano debe tener la obligación moral de ser filántropo por naturaleza, por el hecho de pertenecer a la especie humana. 

Subrayo esta frase, porque de un tiempo para acá, vengo observando como subimos fotos y vídeos de animales mostrando su bondad, casi en un modo comparativo a la falta de valores humanos. También cómo la cantidad de personas que muestran su amor por los animales (que está muy bien). Pero sin dejar de amar también a su especie.

Cierto es que se fueron perdiendo muchos valores humanos, pero no hay que generalizar. Por suerte aún hay gente muy caritativa, bondadosa y generosa entre nosotros.

Tal vez los que colgamos esos vídeos y fotos mostrando la bondad de los animales, sea un reclamo a la humanidad y sus valores, todo esto me dio motivo para reflexionar y decidir que más que mostrar las imágenes, deberíamos dar el primer paso al cambio y obrar en consecuencia con hechos reales. No se precisa de mucho, a veces solo es cuestión de entrega, de compartir. 

 Alguien dijo:

"Estoy seguro de que invertir en los pobres trae recompensas. Es tan excitante como cosechar éxitos en el ámbito de los negocios, y más significativo”.


Me encantó esta frase también: "Los ríos no beben su propia agua; los árboles no comen sus propios frutos. El sol no brilla para sí mismo; y las flores no esparcen su fragancia para sí mismas.

Vivir para los otros es una regla de la naturaleza. (...)

La vida es buena cuando tú estás feliz; pero la vida es mucho mejor cuando los otros son felices por causa tuya !"

Porque has de saber, que es mucho más dichoso el dar, que el recibir.

Nuestra naturaleza es servicio:

"Quien no vive para servir, NO sirve para vivir" (Una ley natural).

El amor al prójimo no conoce límites de ideológicos ni confesionales (Martin Niemoeller)





-Ricardo Mercado Sierra-



 

LA GUARDIA CIVIL- LA BENEMÉRITA

 Nota: Este artículo no pretende hacer ningún tipo de apología política, sino simplemente aclarar algunos conceptos muchas veces confundidos...